RECTIFICACIÓN ENSUNZA
PASADO Y PRESENTE DE UNA GRAN RECTIFICADORA
Revista
Informativa de la Cámara de Rectificación Automotriz
Tal vez no haya pasado
demasiado tiempo para que Atilio Ensunza tenga su merecido
reconocimiento dentro de nuestra actividad, pero como vas vale tarde que
nunca, es bueno reconstruir y revalidad la historia de un hombre valioso
que supo llevar adelante su sueño de grandeza.
Don Atilio fue uno de esos
personajes que pasan por la vida dejando un recuerdo imborrable, una
senda de trabajo y sacrificio que resulta el espejo donde las
generaciones futuras suelen abrevar.
Era un hombre vehemente,
luchador, alegre, buen padre de familia pero por sobre toda las cosas un
apasionado por o que hacía.
Y ya pasaron 7 años desde que
Atilio decidió hacer nuevos proyectos en la otra vida, desde aquel 8 de
noviembre del ´98. Había nacido el 9 de julio de 1937 en San Fernando,
Pcia. de Bs.. As. Hijo de una familia humilde y trabajadora.
Una de sus pasiones fue el
deporte. Se destacó como remero y supo participar en varios torneos
argentinos y sudamericanos. Ganó numerosas medallas y trofeos pero su
mayor logro fue haber sido representante Olímpico en Tokio en el año 64.
Representó siempre al Club
San Fernando, entidad a la cual dedicó su vida. Supo también practicar
el tenis con tanta fruición que alcanzó a manejar la capitanía del
equipo durante varios años, en los equipos amateur y de veteranos.
Resulta evidente que fue un
deportista cabal, un apasionado de los deportes y de la vida.
Precisamente en aquel club
conoció al Bocha Lerda, un buen tipo, simpático y bonachón.. como solía
definirlo, que trabajaba con su padre en una rectificadora de Victoria,
donde aprendió el oficio. Atilio trabajaba como tornero en un taller y
producto de esa amistad decidieron encarar un proyecto de trabajo en
conjunto. Lanzarse a armar un taller de rectificación. El proyecto
prosperó, pero eligieron la zona de Ciudadela para instalarse. Se
inauguró en marzo de 1964 y al principio comenzaron trabajando sobre
microcoupés (Isard- De Carlo etc.) y motos de todo tipo. Pero tiempo
después y con la idea de progresar tomaron el primer motor grande, el de
una Estanciera y a partir de allí el trabajo los superó la demanda de
labor fue cada vez mas importante y así fue que aquel primer taller de
la calle Cuevas al 200 resultó insuficiente.
En el 73 decidieron mudarse a
un taller mucho mas grande en la calle Maipú al 3500 de la zona de
Olivos. El objetivo de seguir creciendo estaba en marcha y la respuesta
no se hizo esperar. El trabajo fue cada vez mayor y empezaron a traer
motores de camiones, de empresas de colectivos, maquinas viales equipos
electrógenos y todo tipo de maquinaria que necesitara reparación.
Pero como nada es para
siempre y a pesar del éxito de su gestión en el año 81 decidieron
disolver la sociedad, en muy buenos términos. Tan es así que siguieron
manteniendo la amistad a través de los años. Y como una ironía del
destino, el Bocha falleció de un infarto en septiembre del 98 es decir 3
meses antes que Atilio.
Pero volviendo a esta
historia, Atilio al quedar solo frente a su rectificadora siguió
trabajando duro y la demanda fue cada vez mayor. Esto lo obligó a
ampliar cada vez mas las instalaciones, aunque eligió la zona de Munro,
donde sobre el año 88 armó un galpón que tal vez sea uno de los talleres
de mayor envergadura de la zona norte, con 1200 metros cuadrados de
instalaciones mecánicas.
Pero como hombre de bien que
se precie, no todo fue labor y deporte en su vida, también resultó
exitoso en la vida familiar. Se casó con Cristina, su compañera de
siempre por mas de 30 años, y fruto de ese amor nacieron dos hijos Rubén
-el heredero de es forma de trabajo y de vida- y Patricia.
Y otra vez parece mentira que
ya pasaron 7 años desde que Atilio decidió irse. Cuesta entender como un
tipo tan entrador, inteligente, intuitivo y luchador no esté entre
nosotros. Pero su legado se mantiene inalterable. Podríamos decir de él
mil cosas mas, pero quizás el resumen mas acertado, mas exacto para
definirlo lo único y verdadero que su paso por esta vida es recordarlo
como un gran tipo.
LA HISTORIA
Arriba el galpón donde recaló finalmente la empresa. En medio don
Atilio y su socio original. Bocha Lerda. Abajo Domingo Micheletti el
empleado más antiguo. 40 años de historia: primero con Atilio y ahora
junto a Rubén Ensunza.
EL HEREDERO
Rubén Ensunza es un joven empresario que heredó el empeño de su
padre y que tomó la posta de la empresa fortaleciendo el vínculo de
luchador incansable que supo forjarse al estilo de su predecesor.
La vida lo puso desde muy joven al frente de uno de los talleres mas
importantes de la zona norte. Y el supo responder con altura.
"Todo sucedió muy rápido,
comencé a trabajar desde muy joven con mi padre, pero cuando enfermó y
sobrevino su muerte tuve que sobreponerme no sólo al dolor de la pérdida
de un padre. Perdí mucho mas que eso, mi consejero m hacedor, mi amigo.
Aparte las responsabilidades eran cada vez mayores para mí, pero gracias
a la colaboración de mi familia y de mi gente pude salir adelante, fue
bastante bravo porque justo sobrevino la crisis mas fuerte del país,
pasamos momentos muy difíciles pero gracias a Dios pudimos superarlo"
Desliza Rubén desde su oficina.
¿Y cómo siguió la
historia?
- Hoy estamos trabajando muy bien, seguimos haciendo motores pesados
(camiones, colectivos, maquinas viales etc...) que es el fuerte nuestro
y a veces algún otro motor chico,. Dentro de las posibilidades del país,
siempre tratamos de ir mejorando para poder tener un taller de avanzada.
¿Y a quién apuntan?
- Con lo último que hemos incorporado, el Banco de Pruebas de
motores, buscamos asegurar la calidad de los trabajos y además saldrán
los motores con la potencia que piden las terminales. Por consiguiente,
esto nos va a permitir tener un muy bajo índice de reclamos y una vez
banqueados, podemos mandarlos a cualquier parte del país.
¿Qué equipo instalaron?
- Es un buen equipo nacional marca Saenz. Tratamos de hacer una muy
buena instalación con el Ing. Norberto Castañeda. Apostamos a la
insonorización con cámara de aire en las paredes y aislante en los pisos
para las vibraciones. Para darte un ejemplo te paras a dos metros de un
motor Scania en funcionamiento y no sentís nada. Digamos que está hecho
bien a conciencia y vamos a trabar de brindar servicios a terceros, a
todos aquellos que quieran asegurarse la calidad de su trabajo. Este
servicio va a estar exclusivamente a cargo del Ing. Castañeda con gente
a su cargo.
Algo está claro, el empuje de
Rubén, las ganas de seguir avanzando, resultan una clara respuesta al
legado de Don Atilio. Seguro que es asi, aún con las dificultades que
pasamos, el empuje y la pasión por esto es la mejor herencia que me dejó
mi papá y estoy orgulloso de estar al frente. Concluyó Rubén.
SEGUIR ADELANTE
Rubén Ensunza junto al ingeniero Norberto Castañeda, responsable
máximo del sector mas nuevo de la rectificadora: El banco de pruebas.
Fuente:
Revista Informativa de la Cámara de Rectificación Automotriz
Nº78 - Noviembre 2005